Querida Familia de Descubriendo el Siglo XXI
Para todos nuestro saludo y nuestro deseo de alegría y esperanza.

Ha pasado largo tiempo desde que no nos comunicamos. A lo largo de estos últimos meses hemos vivido alegrías y esperanzas, penas y tristezas. Y me comunico con ustedes para compartir con una alegría y una pena.
La alegría es que nuestro querido padre Carlos ya está de nuevo en su parroquia. Después de casi cinco meses ya empieza a salir de la penumbra y a caminar poco a poco. Salió hace cinco semanas del centro de recuperación y a los pocos días se trasladó a su tierra natal, a Uruguay. Allí, con el calor y el cariño de los suyos, ha podido avanzar grandemente en su sanación. Y desde el jueves 6 de marzo ya está de nuevo en la parroquia integrándose en el trabajo y la rutina parroquial poco a poco. Su accidente, y consiguiente recuperación, es una muestra de la Providencia de Dios y de la brevedad de la vida. Cómo puede cambiarnos la vida en unos segundos y, cómo, gracias a la Providencia, a la oración de todos, el padre Carlos López-Acosta ha podido recuperarse en un tiempo record.

La pena es que nuestro querido Padre Manuel Rojas está postrado en una cama de hospital. Hace diez días sufrió un derrame cerebral. Se le pudo atender a tiempo y poco a poco va recuperándose. El último informe de los doctores nos indica que puede mover el lado derecho de su cuerpo y abrir los ojos. Aún no puede hablar. Sabemos que tiene un equipo médico muy bueno atendiéndole, pero le vamos a poner el mismo que atendió y sacó del hospital al padre Carlos. Y ese equipo médico está formado por todos nosotros.

Nada más por hoy. Les prometo que les tendré al tanto de cómo se desarrollan las cosas con nuestro querido padre Manuel Rojas. Sigamos unidos en la oración
Con cariño
Padre Tomás