Sucede porque ni yo ni vosotros nos hemos preocupado de ofrecer a tal persona lo que necesitaba.

Hemos rehusado actuar como instrumentos de amor en las manos de Dios para ofrecer a un pobre, hombre o mujer, un trozo de pan, para procurarle una pieza de ropa con que cubrirse del frío.
Sucede porque no hemos identificado a Cristo cuando, una vez más, se nos

A veces los pobres pueden tener hambre de algo más que de pan.
Es muy posible que nuestros hijos, nuestro marido, nuestra esposa, no tengan hambre de pan, ni tengan necesidad de vestido y que no carezcan de una habitación.

También eso es pobreza.
Es más lo que nos dan lo pobres que lo que pueden recibir de nosotros.