Oración del Diezmo

Recibe Señor, mi ofrenda. No es una limosna, porque no eres mendigo. No es un aporte, porque no lo necesitas. No es el resto que me sobra que te ofrezco.

Este monto representa, Señor, mi reconocimiento, mi amor.
Pues si lo tengo es porque tú me lo diste. Amén

Reflexiones

Reflexiones

Sunday, September 30, 2018

EL CORAZÓN DE LA SANDÍA

Cuando era chico, la sandía en Minnesota era una exquisitez. 
Un compañero de mi padre, Bernie, era un próspero mayorista de 
fruta y verduras que tenía un depósito en St. Paul.

Todos los veranos, cuando llegaban las primeras sandías, 
Bernie nos llamaba. 
Papá y yo íbamos al depósito de Bernie 
y tomábamos posiciones. Nos sentábamos en el borde 
del muelle, con los pies colgando, y nos 
inclinábamos, minimizando el volumen del jugo que 
estábamos a punto de derramarnos encima.
Bernie traía su machete, abría nuestra primera sandía, nos 
alcanzaba a ambos un gran pedazo y se sentaba
junto a nosotros.
Entonces enterrábamos la cara en la sandía, 
comíamos sólo el corazón - la parte más roja -, 
jugosa, firme, libre de semillas y perfecta - y
tirábamos el resto.
Bernie era lo que mi padre consideraba un hombre rico. 
Siempre pensé que se debía a que era un hombre 
de negocios de mucho éxito. 
Años después, me di cuenta de que aquello que mi padre admiraba en la 
riqueza de Bernie era menos la sustancia que su aplicación. 
El sabía cuándo dejar de trabajar, reunirse con amigos y comer sólo el corazón de la sandía.
Lo que aprendí de Bernie es que ser rico es un estado de ánimo. 
Algunos de nosotros, al margen de cuánto dinero tengamos, "nunca" seremos lo bastante libres como para comer SÓLO EL CORAZÓN DE LA SANDÍA
Otros son ricos sin tener más que un cheque de 
sueldo por delante.
Si uno no se toma el tiempo para dejar que los pies cuelguen sobre 
el muelle y disfrutar de los pequeños placeres, 
su carrera probablemente será abrumadora.
Durante muchos años, me olvidé de esa lección que aprendí de chico 
en el muelle de carga. 
Estaba demasiado ocupado haciendo todo el dinero que podía.
Afortunadamente, la volví a aprender.
Hoy tengo tiempo para alegrarme con los éxitos de los demás 
y para disfrutar de cada día.
ESE ES EL CORAZÓN DE LA SANDÍA. 
He aprendido a arrojar el resto.
¡ Por fin soy rico !

Fr. Tomas Del Valle-Reyes
Descubriendo el Siglo 21/Discovering 21 Century
P.O. BOX 1170
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Tel- 212-24-4778
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Sunday, September 23, 2018

SIN PALABRAS

En una cena de beneficencia para una escuela de niños con capacidades especiales, el padre de un estudiante pronunció un discurso que nunca Será olvidado por las personas que lo escucharon. Después de felicitar y exaltar a la escuela y a todos los que trabajan en ella, este padre hizo una pregunta:
'Cuando no hay agentes externos que interfieran con la naturaleza, el orden natural de las cosas alcanza la perfección. Pero mi hijo, Herbert, no puede aprender como otros niños lo hacen. 
No puede entender las cosas como otros niños. 
¿Donde está el orden natural de las cosas en mi hijo? La audiencia quedó impactada por la pregunta.
El padre del niño Continuó diciendo: 'Yo creo que cuando un niño como Herbert, física y mentalmente discapacitado viene al mundo, una oportunidad de ver la naturaleza humana se presenta, y se manifiesta en la forma en la que otras personas tratan a ese niño'.Entonces contó que un día caminaba con su hijo Herbert cerca de un parque donde algunos niños jugaban baseball. 
Herbert le preguntó a su padre: '¿Crees que me dejen jugar?' Su padre sabia que a la mayoría de los Niños no les gustaría que alguien como Herbert jugara en su equipo, pero el padre también entendió que si le permitían jugar a su hijo, le darían un Sentido de pertenencia muy necesario y la confianza de ser aceptado por otros a pesar de sus habilidades especiales.
El padre de Herbert se acercó a uno de los niños que estaban jugando y le preguntó (sin esperar mucho) si Herbert podría jugar. El niño miró alrededor por alguien que lo aconsejara y le dijo:
Estamos perdiendo por seis carreras y el juego esta en la octava entrada. Supongo que puede unirse a nuestro equipo y trataremos de ponerlo al bate en la novena entrada'. Herbert se desplazó con dificultad hasta la banca y con una amplia sonrisa, se puso la camisa del equipo mientras su padre lo contemplaba con lágrimas en los ojos por la emoción. Los otros niños vieron la felicidad del padre cuando su hijo era aceptado. Al final de la octava entrada, el equipo de Herbert logró anotar algunas carreras pero aún estaban detrás en el marcador por tres. Al inicio de la novena entrada, Herbert se puso un guante y jugó en el jardín derecho. Aunque ninguna pelota llegó a Herbert, estaba obviamente extasiado solo por estar en el juego y en el campo, sonriendo de oreja a oreja mientras su padre lo animaba desde las graderías. Al final de la novena entrada, el equipo de Herbert anoto de nuevo. Ahora con dos 'outs' y las bases llenas la carrera para obtener el triunfo era una posibilidad y Herbert era el siguiente en batear. Con esta oportunidad, ¿dejarían a Herbert batear y renunciar a la posibilidad de ganar el juego? Sorprendentemente, Herbert estaba al bate.
Todos sabían que un solo 'hit' era imposible por que Herbert no sabia ni como agarrar el bate correctamente, mucho menos pegarle a la bola. Sin embargo, mientras Herbert se paraba sobre la base, el 'pitcher',reconoció que el otro equipo estaba dispuesto a perder para permitirle a Herbert un gran momento en su vida, se movió unos pasos al frente y tiro la bola muy suavemente para que Herbert pudiera al menos hacer contacto con ella. 
 El primer tiro llegó y Herbert abanicó torpemente y falló. El 'pitcher' de nuevo se adelantó unos pasos para tirar la bola suavemente hacia el bateador.
Cuando el tiro se realizó Herbert abanicó y golpeó la bola suavemente justo enfrente del 'pitcher'.
El juego podría haber terminado. El 'pitcher' podría haber recogido la bola y haberla tirado a primera base. Herbert hubiera quedado fuera y habría sido el final del juego.
Pero, el 'pitcher' tiró la bola sobre la cabeza del niño en primera base, fuera del alcance del resto de sus compañeros de equipo.
Todos desde las graderías y los jugadores de ambos equipos empezaron a gritar 'Herbert corre a primera base, corre a primera' nunca en su vida Herbert había corrido esa distancia, pero logro llegar a primera base.  
Corrió justo sobre la línea, con los ojos muy abiertos y sobresaltado. Todos gritaban, '¡Corre a segunda!' recobrando el aliento, Herbert con dificultad corrió hacia la segunda base. Para el momento en que Herbert llegó a segunda base el niño del jardín derecho tenia la bola...el niño mas pequeño en el equipo y que sabia que tenia la oportunidad de ser el héroe del día. El podía haber tirado la bola a segunda base, pero entendió las intenciones del 'pitcher' y tiro la bola alto, sobre la cabeza del niño en tercera base.
Herbert corrió a tercera base mientras que los corredores delante de él hicieron un círculo alrededor de la base. Cuando Herbert llegó a tercera, los niños de ambos equipos, y los espectadores, estaban de pie gritando '¡corre a 'home'! corre'. Herbert corrió al 'home', se paró en la base y fue vitoreado como el héroe que bateó el 'grand slam' y ganó el juego para su equipo.
'Ese día', dijo el padre con lágrimas bajando por su rostro, 'los niños de ambos equipos ayudaron dándole a este mundo un trozo de verdadero amor y humanismo'.  
Herbert no sobrevivió otro verano. Murió ese invierno, sin olvidar nunca haber sido el héroe y haber hecho a su padre muy feliz, haber llegado a casa y ver a su madre llorando de felicidad y ¡abrazando a su héroe del día!

UNA PEQUEÑA NOTA PARA ESTE MENSAJE: Todos nosotros mandamos cientos de bromas por correo electrónico sin pensarlo dos veces, pero cuando nos llega un mensaje sobre las opciones de la vida, la gente duda. Lo crudo, vulgar y a veces obsceno circula libremente por el ciberespacio, pero las discusiones públicas sobre decencia son comúnmente suprimidas en nuestras escuelas y lugares de trabajo. Si estas pensando en reenviar este mensaje, existe la posibilidad de que estés pensando en las personas en tu libreta de contactos que no son las 'apropiadas' para este tipo de mensajes. Bueno, la persona que te envío esto piensa que todos juntos podemos hacer la diferencia. Nosotros tenemos miles de oportunidades cada día para ayudar a que se realice 'el orden natural de las cosas'.Tantas interacciones entre personas aparentemente sin significado, nos presentan una elección: podemos transmitir una pequeña chispa de amor y humanismo o dejamos pasar esas oportunidades y permitir que el mundo se enfríe cada vez más. Un hombre muy sabio dijo una vez que toda sociedad es juzgada por cómo trata a los menos afortunados entre ellos. 'La persona más rica no es la que más tiene, sino la que menos necesita'


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Sunday, September 16, 2018

Envíanos

Envíanos, Señor, tu Espíritu.
El Espíritu del Amor,
Espíritu de color rojo como la Pasión y 
el martirio,
Espíritu de manos entrelazadas entre 
Padre e Hijo.

Envíanos tu Espíritu,
Paloma de Paz
que regala al mundo tu amistad.
Envíanos tu Espíritu,
para que no se nos olvide lo que es amar,
para que no echemos en saco roto 
la Palabra de la Verdad.

Envíanos tu Espíritu,
fuego valiente en la oscuridad.

Envíanos tu Espíritu,
a los que se van a confirmar,
a los que lo hicieron ya,
a la Iglesia, hogar de fraternidad.

Envíanos tu Espíritu,
para que no olvidemos a los pobres y humildes,
a aquellos que llevan en su corazón el sello del amor.


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Sunday, September 9, 2018

MIL MASCARAS

Muchas veces me veo fingiendo,
fingiendo ante la gente, ante la vida, ante mi.

Diciendo cosas que no pienso,

y pensando cosas que no siento,
recordando momentos que no han sucedido,
y deseando sueños que no necesito.
Engañándome con miedos que no tienen sentido,
y protegiéndome con escudas mentiras,
de todo aquello que me hace ser distinto.

Es como si quisiera no defraudar a nadie,como si me impusiera caer bien a todo el mundo,
como si tuviera mil máscaras,
con las que dar a cada uno de lo suyo.
Hay veces en las que no me atrevo a decir no,
en las que tengo miedo a expresar lo que pienso,
en las que algo me impide mostrar,
todo lo que aquí dentro tengo.
Y me escudo tras una afirmación o una sonrisa,
tras un guiño o un “lo que tu digas”.

No me atrevo a expresar verdaderamente lo que siento,
me importa más lo que de mi digan,
que lo que yo les cuento,
me importa más ganarme por encima de todo su cariño,
que ser con orgullo yo mismo,
me importa más darles continuamente la razón,

que utilizar mi criterio aunque no me den su aprobación.

Finjo, finjo para no caer mal a la gente,
para ganarme de cada uno de ellos su respeto
,
para tener la irreal ilusión de que me quieren,
para sentirme protegido en un mundo que no comprendo.

Finjo, y cada vez me siento más perdido,más alejado de lo que verdaderamente quiero,
aunque tal vez ahí esté el principio de todo,
que no sé muy bien qué es lo que deseo,
que no sé muy bien como soy,
que no sé cuál es el camino ni a donde voy.

Alfredo Cuervo Barrero


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