Oración del Diezmo

Recibe Señor, mi ofrenda. No es una limosna, porque no eres mendigo. No es un aporte, porque no lo necesitas. No es el resto que me sobra que te ofrezco.

Este monto representa, Señor, mi reconocimiento, mi amor.
Pues si lo tengo es porque tú me lo diste. Amén

Reflexiones

Reflexiones

Sunday, August 26, 2018

¡QUIERO TUS GAFAS, SEÑOR!

¡QUIERO TUS GAFAS, SEÑOR!

Para ver, en la pequeñez, aquello que dices que es grande al corazón aunque, a los ojos, parezca miseria.
Para sentir que, tus caminos, son alegría y vida esfuerzo y superación, valentía y salvación
¡QUIERO TUS GAFAS, SEÑOR!
Para saber que, en la humildad,
está la escalera para llevarme hasta Ti y, brindándome con empeño
señale que tus senderos son futuro y fiesta abrazo y perdón, eternidad y justicia
Para comprender que, si sólo miro,
por las lentes del mundo
me quedaré sin asomarme
a ese otro horizonte de paz y de esperanza
de ilusión y de amor
de hermandad y de fraternidad
a los que me invita tu persona.

¡QUIERO TUS GAFAS, SEÑOR!
Para ver como Tú; perdón frente al odio
Para ver como Tú; cielo después de la tierra
Para ver como Tú; alegría antes que tristeza
Para ver como Tú; humildad ante la soberbia
Por eso, y por tantas cosas, Señor
quiero ver, sentir y caminar como Tú.
Con tus gafas delEvangelio, Señor
(POR JAVIER LEOZ)

Descubriendo el Siglo 21
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Sunday, August 19, 2018

El silencio de Dios.


Cuenta una antigua Leyenda Noruega, acerca de un hombre llamado Haakon, quien cuidaba una Ermita.

A ella acudía la gente a orar con mucha devoción.

En esta ermita había una cruz muy antigua.

Muchos acudían ahí para pedirle a Cristo algún milagro.

Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor.

Lo impulsaba un sentimiento generoso.

Se arrodillo ante la cruz y dijo:
"Señor, quiero padecer por ti.
Déjame ocupar tu puesto. 
Quiero reemplazarte en la cruz."

Y se quedó fijo con la mirada puesta en la Efigie, como esperando la respuesta.

El Señor abrió sus labios y habló.

Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras: "Siervo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición." 
¿Cual, Señor?, 
- preguntó con acento suplicante Haakon. 
¿Es una condición difícil? 
Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!,
 - respondió el viejo ermitaño.
 - Escucha: "suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardarte en silencio siempre". Haakon contestó: "Os, lo prometo, Señor!"
 Y se efectuó el cambio.

Nadie advirtió el trueque. 
Nadie reconoció al ermitaño, colgado con los clavos en la Cruz. El Señor ocupaba el puesto de Haakon. 
Y este por largo tiempo cumplió el compromiso. 
A nadie dijo nada.

Pero un día, llego un rico, después de haber orado, dejo allí olvidada su cartera. 
Haakon lo vio y calló.

Tampoco dijo nada cuando un pobre, que vino dos horas después, se apropió de la cartera del rico.

Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje.

Pero en ese momento volvió a entrar el rico en busca de la bolsa. 
Al no hallarla, pensó que el muchacho se la había apropiado. 
El rico se volvió al joven y le dijo iracundo: 
!Dame la bolsa que me has robado!.

El joven sorprendido, replicó: 
¡No he robado ninguna bolsa!.
¡No mientas, devuélvemela enseguida!. 
¡Le repito que no he cogido ninguna bolsa! 
Afirmó el muchacho. El rico arremetió, furioso contra él.

Sonó entonces una voz fuerte: 
¡Detente!

El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, gritó, defendió al joven, increpó al rico por la falsa acusación. 
Este quedó anonadado, y salió de la Ermita. 
El joven salió también porque tenia prisa para emprender su viaje.

Cuando la Ermita quedó a solas, Cristo Se dirigió a su siervo y le dijo: 
"Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio". 
" Señor, - dijo Haakon - ¿Como iba a permitir esa injusticia?".
 Se cambiaron los oficios. Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño se quedó ante la Cruz.

El Señor, siguió hablando:
 "Tu no sabias que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer.
El pobre, por el contrario, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo; en cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal.
Ahora, hace unos minutos acaba de zozobrar el barco y él ha perdido la vida.
Tú no sabias nada. 
Yo si. Por eso callo. Y el Señor nuevamente guardó silencio".

Muchas veces nos preguntamos ¿por qué razón Dios no nos contesta....? 
¿Por qué razón se queda callado Dios?

Muchos de nosotros quisiéramos que El nos respondiera lo que deseamos oír pero... Dios no es así.
Dios nos responde aún con el silencio. Debemos aprender a escucharlo.

Su Divino Silencio, son palabras destinadas a convencernos de que, El sabe lo que está haciendo.


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¿Cómo decir adiós a alguien que quieres?..

¿Cómo decir adiós a alguien que quieres, 
cuando el corazón no quiere soltarle…?
No hay recetas para estos momentos, sólo dejar que el amor busque su propio camino.
Nos preparamos para casi todo en esta vida. Vamos a las mejores universidades para sacar títulos profesionales de los más altos rangos y para lo único que seguro todos experimentaremos -la muerte- no nos preparamos.  
Ni para enfrentar la muerte personal ni la de un ser querido.
¿Pero en realidad existirá eso de preparase para la muerte?
En mi opinión, sí y no. 
Sí, cuando se vive en clave de eternidad, es decir, con los ojos puestos en la vida eterna, en el cielo. 
El encontrarte algún día con Dios, cara a cara, es la esperanza más hermosa con la que podemos vivir.
Luego, ¿cómo prepararte para entregar a tu ser amado?
También viviendo un desprendimiento profundo, sabiendo que todos los amores son prestados y despidiendo con gratitud por el tiempo compartido. 
Eso sí, este concepto lo entiende la cabeza, pero NO el corazón. 
Por eso duele tanto el decir adiós.
Lo que sí me queda claro que un duelo se experimenta muy distinto cuando se vive desde la gratitud y el amor, que cuando se vive desde el miedo y los remordimientos. 
De cualquier manera, la muerte siempre va a impresionar, a sorprender y a doler tanto como si te amputaran el corazón. Luego pasa el tiempo y te das cuenta que un duelo vivido de forma sana sirve para purificar y transformar corazones.
¿Pero qué es lo que duele? ¿Acaso sólo la ausencia? 
Esa espantosa sensación de un cuchillo traspasándote el alma es literal. 
Solo quien ha sufrido pérdidas profundas podría expresarlo con palabras y, sobre todo, entenderlo. 
Duele decir “adiós” (aunque para los que creemos en la vida eterna sabemos que es un adiós esperanzador).
Duele la falta de su presencia. Se extraña el olor de su persona. 
Se echan de menos las palabras y el tono de su voz. 
Escuchar su canción te transporta a esos momentos en los que hoy desearías que el tiempo regresara y se detuviera simplemente para mirarle, para que con palabras silenciosas pudieras decirle una vez más cuánto le amabas… pero ¿cómo saber que pronto partiría…?
Duelen los recuerdos y las palabras no dichas; duelen los pendientes no concluidos y los problemas no resueltos; duelen los abrazos no dados, las caricias no recibidas y los besos no robados; duelen los perdones no otorgados y los acercamientos rechazados.
Duele el amor no aceptado, las llamadas no regresadas y los mensajes no contestados. 
Duele su presencia no presente, la impotencia de su ausencia… Quererle abrazar y no poder consolándote con el recuerdo del último apretón que recibiste de ella.
Te quieres envolver en sus brazos protectores y solo te puedes aferrar a la almohada empapada de tu dolor. 
Quieres escuchar su voz, necesitas sus consejos y a lo lejos sólo escuchas su recuerdo, porque no hay nadie que conteste o que dé respuesta a tanto sufrimiento.
Duele que el mundo la olvide y que la huella de amor que dejó alguna vez se borre. 
Ciega tanto el sufrimiento de una pérdida que el día se vuelve noche; amaneces sin querer amanecer porque sabes que te espera un día más de lágrimas, de ese dolor en el pecho que no te deja respirar. 
El llanto te ahoga, vives sin vivir.
Simplemente piensas, ¿ahora cómo hago para seguir sin ti? 
Me quiero ir contigo y no puedo… Sigo aquí sin seguir… Vivo sin vivir…
¿Y qué sigue después? 
Aprender a vivir de manera diferente, hacer mío el dolor, tan mío que aprenda a vivir con él. 
Luego éste se transforma, el sufrimiento cambia, todo adquiere un significado distinto.
Que si el duelo tiene 5 o 6 etapas, dicen los expertos… 
Esas etapas de duelo fue un modelo que E. Kubler-Ross creó mientras trabajaba con pacientes terminales de cáncer, es decir, las 5 etapas (negación, enojo, negociación, depresión y aceptación) es el proceso experimenta una persona que va a morir y hoy en día es aplicado a todo proceso de duelo sin distinción.
Pero cuando estás de luto, ¿de qué te sirve saber en qué etapa estás?  
Que me digan en cuál de esas etapas te voy a dejar de extrañar; en cuál te voy a dejar de sufrir, en cuál te dejaré de llorar cuando tu recuerdo se apodere de mí alma y te quiera gritar con la impotencia de una hija huérfana que le reclama al cielo, ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste? ¿En qué etapa se le deja de sufrir a un hijo o a ese hermano que no merecía morir así?
Mientras comienzas a vivir ese proceso escuchas frases de gente de buena voluntad que te suenan tan absurdas: “Ella ya está en un mejor lugar” y uno piensa por dentro, “¡Pues no! Yo la quiero conmigo”.  
Y que tal esa de “Ya tienes otro angelito en el cielo para cuidarte” ¿Ah sí? ¡Pues no! Yo no quiero otro angelito, ya tengo uno. Yo le quiero a ella, aquí junto a mí, cuidándome aquí, abrazándome aquí.
O esa frase que me pone los pelos de punta: “¡échale ganas!” ¿Echarle ganas? ¿Cómo se le hace? Pujo para que salgan las ganas, ¿o cómo? Neta, cómo echarle ganas si lo que siento es querer morir junto con el que se fue. 
Esa es la sensación, muerte en vida. Por eso, necesitamos aprender a dejar vivir a cada quien su duelo como vayan pudiendo y solo acompañemos, calladitos. En esos momentos el único que de verdad consuela es Dios, si tienes fe.
Un duelo es tan personal y único como estrellas hay en el firmamento. 
Cada pérdida es única y digna de ser vivida de acuerdo a nuestras capacidades personales. 
Aquí lo único importante es vivirlo tan profundamente como podamos, siempre de la mano de Dios.
Dicen que el tiempo todo lo cura y yo no estoy tan de acuerdo con eso. El tiempo te enseña a vivir con la pérdida, pero no podemos hablar de curación cuando el dolor que sentimos viene de un profundo amor. 
Además, sólo se cura lo que está enfermo y el amor no es una enfermedad. Un duelo que viene del amor no necesita curarse sino vivirse. 
Además, si el curar implica que te voy a dejar de extrañar y de pensar, prefiero no curarme, porque tú vivirás mientras tu recuerdo viva en mí.
Por qué somos tan necios y no gozamos de la presencia de nuestros seres amados como si de verdad hoy fuera su último día.

De mi corazón al tuyo, LI.
Luz Ivonne Ream | Feb 04, 2017 / ALETEIA

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Sunday, August 12, 2018

EL ZAPATERO

Mira que soy tan pobre que no tengo ni siquiera otras sandalias; 
y como ves están rotas e inservibles.
¿Podrías tú reparármelas por favor?,
porque no tengo dinero.

Dios le dijo entonces: 
Te puedo dar lo que quieras si me las arreglas. 
El zapatero con mucha desconfianza dijo: ¿Me puedes dar tu el millón de dólares que necesito para ser feliz?
Dios le dijo: Te puedo dar 100 millones de dólares. 
Pero a cambio me debes dar tus piernas...El zapatero dijo: 
¿Y de que me sirven los 100 millones si no tengo piernas?
El Señor volvió a decir: Te puedo dar 500 millones de dólares, si me das tus brazos. 
El zapatero respondió: ¿y que puedo yo hacer con 500 millones si no podría ni siquiera comer yo solo?
El Señor habló de nuevo y dijo: Te puedo dar 1000 millones si me das tus ojos. 
El zapatero solo dijo: ¿Y dime; que puedo hacer yo con tanto dinero si no podría ver el mundo, ni poder ver a mis hijos y a mi esposa para compartir con ellos?
Dios sonrió y le dijo: Ay hijo mío, como dices que eres pobre ¿; si te he ofrecido ya 1600 millones de dólares y no los has cambiado por las partes sanas de tu cuerpo! Eres tan rico y no te has dado cuenta!
Sólo pensemos hoy en todo lo que podemos agradecer a Dios, y démosle graciaspues es El quien nos ha dado la salud. 
No pidamos tanto dinero, pues es mejor tener todo nuestro cuerpo sano a tener todo el dinero del mundo.
SI TE GUSTO ESTE MENSAJE Envíalo A LAS PERSONAS QUE APRECIES MUCHO PARA QUE DIOS LES BENDIGA AL IGUAL QUE TE BENDIJO A TI
 Descubriendo el Siglo 21

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Monday, August 6, 2018

Descubriendo El Siglo XXI Con el Padre Tomas Del Valle

Esto fue en 2002 nuestro primer video de introducción de lo que era nuestra Misión!! Ya han pasado 16 años de este video!! Gracias, gracias a todos. Padre Tomas Del Valle-Reyes

Sunday, August 5, 2018

Provervios Chinos:

Cuando un hombre está loco por una mujer ella es la única que le puede curar la locura.
Ser hombre es fácil, ser un hombre es difícil.
El que hace una pregunta parece tonto por cinco minutos, el que no la hace es tonto toda su vida.
No temas ser lento, solamente teme estar parado.
La puerta mejor cerrada es aquella que podemos dejar abierta.
Para ser inteligente toda la
vida es necesario ser estúpido un instante.
El que hace el burro no debe extrañarse que los demás se les monten encima.
No des un paso adelante pero nunca te quedes atrás.
Por más aguda que sea la vista jamás podremos vernos la espalda.
Más valen las críticas de uno solo que las aprobaciones de miles.
El agua vertida es difícil de recuperar.
No es necesario elevar la voz cuando se tiene la razón.
Es más sencillo desplazar un río que cambiarle su carácter.
Si no quieres que se sepa, lo mejor es que no lo hagas.
Un método fijo no es un método.
El amigo es un camino, el enemigo es un muro.


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