Habrá tenido 8 o 10 años, la carita flaca, el pelo sucio, la ropa apenas lo abrigaba.
Pero lo que más me impactó fue lo que traía en sus espaldas: colgado de sus hombros otro niño, que habrá sido apenas un par de años más chico que él.
El niño apoyó, con mucho cuidado, a su "pequeña carga" en el borde de un escalón y levantando apenas la cabeza, me miró y dijo:
"Señor, ¿me podría dar unas monedas?, si quiere le limpio la vereda.
Yo lo miré con cara de asombro por el peso que llevaba, entonces le pasé unas monedas y le pregunté señalando sus hombros:
¿No pesa esa carga?
Él, sin vacilar, me miró a los ojos y me respondió:
No pesa. Es mi hermano.
Y sin dudar, lo volvió a levantar sobre sus hombros, me dio las gracias y se fue.
1 comment:
Padre...que enseñanza mas humana y llena de amor para todos nosotros..tan dulce el pequeño responder que no pesa..por que es su hermano....cuantos de nosotros nos pesa el corazón de dar un pan, una tortilla, un abrigo al hermano que necesita y no nos duele gastar en gaseosas,ropa y tantos lujos que estan al paso...nos hemos vuelto consumistas y nos pesa ayudar al mas pequeño...Dios le bendice Padre Tomás
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