No hay que quejarnos mucho

Muchas veces cuando nos sentimos enfermos y vemos que los medicamentos no hacen efecto rápido, nos quejamos porque queremos nuestra mejoría sea de la noche a la mañana.
No dejes toda la carga a los medicamentos instruidos por los doctores, también haz caso de tu vida, de tus sensaciones, emociones y ofrécete lo mejor para ti.
De ser posible aléjate de personas o situaciones tóxicas que te privan de la buena vida, es tu derecho el mantener una relación sana contigo mismo y quienes te rodean...para sanar no requieres estar en guerra con nadie, pelear, demostrar egos o vanidades, todo eso es superficial y te gasta energía.
Mejor concéntrate en ti, en tu tranquilidad, prosperidad y armonía, se el centro de tu ser, con serenidad estarás ayudando a tu cuerpo físico a concentrarse solo en sanarse.
Disfrutemos de nuestros días, pero a la vez ayudemos a nuestro cuerpo a no contaminarse con bebidas alcohólicas, cigarros, drogas, comidas chatarras, estrés, falta de descanso adecuado, brindémosle lo mejor para que logre alcanzar una buena salud a la vez que cuidamos nuestro estado mental y emocional.
Si ya tenemos una enfermedad, que no decaiga el ánimo, no nos hundamos en la angustia o tristeza, no nos abandonemos; al contrario buen humor, buena voluntad, cooperación, compromiso y responsabilidad continuemos nuestro recorrido de nuestra vida…..siempre dando gracias a Dios por cada día que nos regala.


Padre Tomas Del Valle-Reyes
Descubriendo El Siglo 21
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