Oración del Diezmo

Recibe Señor, mi ofrenda. No es una limosna, porque no eres mendigo. No es un aporte, porque no lo necesitas. No es el resto que me sobra que te ofrezco.

Este monto representa, Señor, mi reconocimiento, mi amor.
Pues si lo tengo es porque tú me lo diste. Amén

Reflexiones

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Friday, December 23, 2022

Dios Padre escogió la pobreza para su Hijo


El “pobre de espíritu” es aquel que no pone su 
esperanza en las riquezas de este mundo sino en Dios. 


Es desconcertante y avasallador, -casi supera nuestra 
capacidad de sorpresa-, contemplar a Dios hecho Niño, acompañado de María y de José, rodeado de
 unos animales y metido en una cueva excavada en la montaña, en una noche fría de invierno. 
El que hizo el universo, el que abrió los labios y fue obedeciendo en todo, 
el que dio a los demás la existencia, el que pudo escoger su forma de nacimiento, 
ahí está pobre, rodeado de pobreza, gozoso en la pobreza de sus padres.



Esta decisión de Dios de escoger la pobreza pone 
en jaque la manera de pensar y especialmente de 
vivir de muchos hombres hoy en día. 
Es de suponer que Dios, sabiduría infinita, siempre escoge lo mejor. 
Al escoger la pobreza margina la riqueza. 
Más tarde Cristo iba a explicar esta opción cuando puso como primera bienaventuranza la pobreza de espíritu: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5,3). 

La pobreza que exigió Cristo a sus seguidores no se refería a una condición socio-económica, sino a una actitud religiosa. 
El “pobre de espíritu” es aquel que no pone su esperanza en las riquezas de este mundo sino en Dios. 
No hay duda de que las riquezas pueden atar el corazón humano y bloquearle de tal manera que ya no busca la dicha en Dios sino en las cosas. 
El hombre se enamora de las creaturas y se olvida del Creador. También cierra su corazón a las necesidades de los demás.
En este mundo donde el hombre lucha por poseer más y más, por acumular más y más, por tener más y más, siguiendo los instintos de su avaricia y ambición; en este mundo en que los hombres sólo se preocupan por almacenar sus bienes sin compartirlos; en este mundo en donde el pobre no es tenido en cuenta, Belén es un signo y una profecía para todos nosotros. 
Signo en cuanto que nos descubre que la pobreza, desde el punto de vista divino, es riqueza, es salvación, es Amor.


Descubriendo el Siglo 21
Discovering 21century
Fr Tomás Del Valle-Reyes
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